El población humano de algunas zonas del término de Bechí se remonta a la Edad del Bronce.
Destacan los poblados de Conena y los Castellets que, posteriormente, se abandonaron y se trasladaron a otras ubicaciones a la cumbre del Solaig. Tanto este yacimiento como el de San Antonio pertenecen a la cultura ibérica desarrollada a partir del siglo IV a. C. Los materiales asociados a estos núcleos son, fundamentalmente, cerámicas; pero hay dos que destacan. Por un lado, el plomo escrito del Solaig, una lámina de 31 centímetros de longitud por 3'5 cm. de anchura, escrito por ambas caras con caracteres iberos levantinos, datada aproximadamente en el siglo II a. C. Por otro lado, hay que citar el bronce de San Antonio, el único texto escrito sobre bronce que existe en la Comunidad Valenciana y que en la actualidad se encuentra al Museo de Prehistoria de Valencia. Con la romanización, la población abandonó los asentamientos elevados y se trasladó al llano, donde se ubican vestigios en el Torreón y la importante obra hidráulica de la Bassa Seca, de la cual únicamente se conservan algunos restos.